Por Libia López
Jornalismo-Repórter News working in Brasil
En el escenario internacional actual, el bloque
BRICS, conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ha tomado una
posición cada vez más activa para construir una alternativa al sistema dominado
por Estados Unidos y sus aliados occidentales. Durante la 16ª cumbre celebrada
en Kazán, Rusia, los BRICS abordaron temas fundamentales que giran en torno a
la independencia económica, la soberanía política y el deseo de reformar el
orden mundial actual. Este encuentro ha puesto en evidencia una dinámica donde
las naciones emergentes buscan consolidarse como contrapeso a las potencias
tradicionales, resaltando un enfoque multipolar que, en palabras de varios
analistas, representa "el ocaso de la hegemonía estadounidense"
Expansión de los BRICS y su Relevancia en América Latina
Uno de los
temas más debatidos en la cumbre fue la posible expansión del bloque BRICS con
la inclusión de nuevos países, entre ellos Venezuela, Irán, Argelia y
Argentina. Sin embargo, el veto de Brasil a la incorporación de Venezuela generó
un intenso debate geopolítico, tanto en el bloque como en América Latina. Según
José Genoino, experto analista brasileño y exdiputado, esta decisión representa
un "error geopolítico" que no solo compromete la integración
latinoamericana, sino que también favorece intereses externos que buscan evitar
la consolidación de un frente unificado en la región.
Para o
Venezuela, la adhesión a los BRICS representa una oportunidad para romper con
la dependencia económica de los Estados Unidos y fortalecer alianzas con otras
economías emergentes. El presidente Nicolás Maduro respondió al veto de Brasil
con firmeza, afirmando que "nadie callará a Venezuela" y que su país
seguirá buscando la integración en el bloque y el fortalecimiento de los lazos
con naciones afines. La exclusión de podría interpretarse como un obstáculo en
los esfuerzos de unión de América Latina, dejando la puerta abierta a futuros
conflictos de interés y discrepancias políticas dentro de la región.
La Reforma Económica Global y la Desdolarización
Uno de los
objetivos más ambiciosos del bloque BRICS es reducir la dependencia del dólar
en las transacciones comerciales. Durante la cumbre, los líderes del bloque
discutieron la creación de una moneda común, una medida destinada a evitar las
fluctuaciones y sanciones que suelen impactar las economías de los países en
desarrollo. La posibilidad de comerciar en monedas locales es una herramienta
poderosa que permite a estos países no solo defender sus economías, sino
también afirmar su soberanía frente a un sistema financiero global dominado por
el dólar.
En este
contexto, la reómica global promovida por los BRICS es un hito en la historia
moderna, ya que marca el inicio de una cooperación financiera sin precedentes
entre las economías emergentes. Para China y Rusia, líderes de esta iniciativa,
la independencia monetaria es fundamental, ya que ambos han experimentado las
sanciones occidentales y buscan consolidar un modelo económico menos vulnerable
a la presión externa. Esta postura se ve reflejada en los esfuerzos de los
BRICS por construir instituciones financieras que desafíen al Fondo Monetario
Internacional (FMI) y al Banco Mundial, instituciones que tradicionalmente han
estado bajo la influencia de Washington.
La Respuesta de Occidente y el Posicionamiento de
Estados Unidos
La expansión
y consolidación de los BRICS como bloque alternativo al sistema liderado por
Estados Unidos plantea desafíos directos a la política exterior de Washington.
Desde la Guerra Fría, EE.UU. ha mantenido una política de contención para
evitar el surgimiento de potencias rivales. Sin embargo, la creación de un
frente común entre economías emergentes, que incluye potencias nucleares como
China, India y Rusia, modifica el equilibrio de poder en el escenario
internacional.
El creciente
alineamiento de los BRICS en temas de independencia económica y resistencia a
la hegemonía occidental ha generado preocupación en los círculos de poder de
Occidente, que ven en este bloque una amenaza a su influencia global. El
profesor sudafricano Vishwas Satgar enfatiza que el BRICS, más que un grupo de
cooperación económica, es una alianza que defiende un sistema multipolar. Según
Satgar, esto marca una "nueva era" en la que los países emergentes
rechazan la intervención y presión de Estados Unidos y buscan un modelo de
desarrollo autónomo y justo.
La Integración de América La Contexto BRICS
Para América
Latina, la consolidación del bloque BRICS presenta tanto oportunidades como
desafíos. La inclusión de Venezuela en el bloque abriría la puerta a una mayor
representación de la región en las decisiones de política económica y
geopolítica global. No obstante, el veto de Brasil ha generado un debate
interno en el que destacan dos posturas: por un lado, la visión de aquellos que
creen que América Latina debe mantener su independencia y no alinearse con
grandes potencias como China y Rusia; y, por otro, aquellos que ven en los
BRICS una oportunidad de integración y desarrollo regional que contrarreste la
influencia de Washington.
En palabras
de Nicolás Maduro, el BRICS debería "escribirse con 'B' de Bolívar",
una propuesta simbólica que subraya la importancia de la independencia y la
soberanía para los países latinoamericanos. Esta visión refleja el deseo de
Venezuela de posicionarse como un actor relevante en el bloque y de contribuir
a la integración regional mediante una política de resistencia y
autodeterminación.En respuesta,Brasil
respondió que el veto fue debido a la falta de transparencia en las elección
presidenciales del 28 de julio y la no publicación de las actas electorales.
Un Nuevo Orden
La reciente
cumbre de los BRICS y el contexto de sus decisiones subrayan una realidad
geopolítica en la que el mundo se está alejando de un sistema unipolar dominado
por Estados Unidos. Las alianzas forjadas en los BRICS muestran un compromiso
hacia la construcción de un modelo económico y político autónomo, en el que las
naciones emergentes puedan tomar sus propias decisiones y defender sus
intereses frente a la presión de las potencias occidentales. La expansión del
bloque y la creciente cooperación entre sus miembros son señales de un
movimiento global que desafía la estructura de poder establecida.
A medida que
los BRICS avanzan en sus objetivos, se plantea un futuro en el que los países
en desarrollo podrán enfrentar los retos económicos y políticos con mayor
independencia y unidad. Para América Latina, esta es una oportunidad única de
integrarse en una coalición de países que promuevan la justicia social y la equidad
económica, aunque las divisiones internas, como el veto a Venezuela, puedan
ralentizar este proceso.
Este nuevo
panorama refleja un cambio significativo en las relaciones internacionales y
augura un tiempo en el que el poder se distribuya de manera más equitativa, con
mayor representatividad y soberanía para las economías emergentes. En este
sentido, los BRICS se perfilan como uno de los pilares de un orden mundial en
transformación, donde la cooperación y el respeto a la autodeterminación se
erigen como principios fundamentales en un mundo cada vez más interconectado.
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